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jueves, 9 de abril de 2009

Nicaragüenses viajan en busca de aliento y reflexión durante

Por encima de la religiosidad, los nicaragüenses empiezan a sentir la necesidad de una conversión individual y social. Que esta Semana Santa sea propicia para reflexionar sobre la verdadera dimensión del sacrificio de Cristo en la cruz y de su enorme significado en cada una de nuestras vidas

Por José Ramón Gutiérrez Martínez


Desde el viernes pasado y quizá hasta el próximo miércoles, según la previsión en la empresa internacional Transnica, miles de nicaragüenses viajan a su patria procedentes de Costa Rica, en busca de dar aliento a sus familiares por la crisis económica, además de hacer un alto en el camino para iniciar una jornada de reflexión, durante la Semana Mayor, según me dijo Verónica Salazar. Ella viajaría hasta Chontales y de acuerdo con sus cálculos el amanecer del domingo ya lo estaría disfrutando con sus seres queridos, especialmente con sus padres e hijos, a quienes no ve desde el año anterior por falta de recursos económicos. Eso sí, las encomiendas y los 100 dólares mensuales son puntuales y sagrados, según sus palabras, para la comida y la educación de sus tres pequeños hijos.

Para don Alberto Meza viajar en Semana Santa a Nicaragua es relajante, “sobre todo para mí, que vivo en Poneloya y tengo muchos amigos en esta bella playa”, ubicada en el Occidente de Nicaragua. “No te creas, poder ir me tocó difícil; primero por el permiso y segundo, reunir platica (dinero); la cosa también esta dura aquí en Costa Rica…


claro jamás vamos a compararla con Nicaragua donde vos, cambias 50 o 100 dólares y no le vez ni las vueltas; todo esta caro. La verdad es que voy porque es una tradición que me nace del alma y pase lo que pase mi Nicaragua nunca la olvido. Lástima que nuestros políticos no comprendan que los nicaragüenses queremos paz, pan, democracia y libertad”, dijo don Alberto con sus ojos húmedos por la emoción y la nostalgia de tiempos mejores.

Para Martha Arelys y Karla Espinoza, este viaje es de tristeza y luto porque “casualmente se cumple el primer aniversario de la muerte de nuestro hermano y sería injusto dejar solos a nuestros padres con el recuerdo y el dolor de esta fecha”. Según me comentaron, viajarían hasta las Segovias, sin descansos ni treguas, porque tenían que estar antes del 4 de abril, fecha de la trágica muerte del familiar mencionado.


“Vamos con poco pero con Dios en nuestros corazones, porque nos interesa cumplir con esta importante ocasión, además de darle una voz de aliento a nuestros padres y resto de familiares”. De acuerdo con las hermanas, toda la familia ha caído últimamente en una gran depresión, tanto por la muerte del hermano por la aguda situación de crisis económica que vive la región Norte, a lo que se suman las acciones hostiles de los CPC contra los campesinos de la región, generalmente callados, trabajadores y pacientes. Pero todo tiene un límite, según dicen las hermanas Espinoza.

Para Adelaida Rivas, de Managua, viajar en estas fechas significa cumplir algunas promesas en la catedral de Managua, hechas a la Sangre de Cristo, según nos dijo. A ella la operaron del corazón en Costa Rica. “Ya estoy totalmente recuperada. Estoy como chiquilla de quince (afirma usando una expresión muy a lo tico).


Yo le prometí a la Sangre de Cristo que si salía bien, en Semana Santa estaría pagando una promesa de entrar de rodillas al templo y ponerle una vela”, dijo toda llena de alegría. “Además, quiero comer nuestras comidas típicas de la época, como el gaspar con arroz y bacalao; no aguanto las ganas de estar en Managua, no importa el calor o que nos racionen el agua y la luz, lo importante es encontrar a mi gente, a mis vecinos, porque cuando uno esta en el exterior hasta este tiempo comenzamos a valorar a los que siempre nos rodearon y nos prestaron ayuda”.

Todos llevan un propósito, todos llevan una historia que contar pero, en algo todos están de acuerdo y es que en Nicaragua se debe de enarbolar el espíritu de amor , de la paz y la democracia, porque de esta forma seria mas fácil vencer la crisis económica.


Cuando los nicaragüenses valoremos estos principios básicos, todo nos será más fácil y no habrá necesidad de emigrar, ni tampoco necesidad de confrontaciones ni de turbas agresivas en contra de sus propios hermanos, ni de mensajes violentos ante el mundo.

Concluyo esta nota pidiendo a Dios por nuestros gobernantes, por nuestros políticos y empresarios, para que no sean tan duros de corazón, ni actúen con doble moral y discursos ambiguos… que extiendan su mano a Nicaragua con un corazón sincero y arrepentido.


Ojalá y todos nos uniésemos en un gran círculo de oración para que la mano del Altísimo se pose sobre Nicaragua y Centroamérica.
(NicaraguaHoy.com)

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