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miércoles, 10 de septiembre de 2008

Rivalidad entre hijos

FUENTE; La Prensa.com

La rivalidad entre hermanos puede empezar a una edad muy temprana, con frecuencia al nacer un hijo menor o un poco después. Los niños en edad preescolar y los más chicos, al no estar acostumbrados a la competencia, podrían sentir que están recibiendo menos atención por parte de sus padres y es probable que respondan exigiendo atención o haciendo algo "malo" para recibirla; para crear un ambiente de armonía entre los hijos y su familia, tome en cuenta estas recomendaciones:

¿Por qué se da la rivalidad?

1. El problema de los celos. Se da con la llegada de un nuevo hermano, ya que se percibe como amenaza. El hermano mayor siente miedo a que le quite todo aquello de lo que disfrutaba y a que le quieran menos.

2. Favoritismo. Se presta cuando los padres se muestran de forma diferente con sus hijos, mostrando que prefieren a uno más que al otro. Este tipo de actitudes originan verdaderos odios infantiles que se prolongarán de adultos impidiendo una relación fraternal de calidad.

3. La identificación de algunos padres con sus hijos. Aunque este tipo de sentimientos son normales, los padres deben tener el suficiente sentido común como para no desbordar su comportamiento.

4. Comparación. El hecho de comparar a los hermanos fomenta la rivalidad; otras veces existe la costumbre de poner apodos a los hijos basándose en su aspecto físico, en su inteligencia o carácter.

Lo que debe hacer

Establecer y hacer cumplir la regla familiar de que la agresión física y los insultos son inaceptables.

No permitir que los sentimientos de los padres sobre sus propios hermanos interfieran en sus reacciones.

Promover situaciones, incluso pequeñas, de cooperación entre hermanos y reforzarlas con elogios.

No comparar a los hijos ni hacer de un hijo un ejemplo para los demás.

Alentarlos a pensar en soluciones y no depender de su intervención.

Apartar tiempo para pasar solos con cada uno de sus hijos.

Planificar actividades familiares en las que todos puedan participar y contribuir.

Encontrar un área especial en la que pueda destacar.

No forzar la interacción y permitir que jueguen sin intervención de los adultos.

¿Qué lugar ocupa cada hermano?

El hermano mayor. Según estudios, los primogénitos atacan, recurren más a su estatus y sobornan más. Tienden a mostrarse agresivos verbalmente, criticando y menospreciando a sus hermanos menores.

El hermano mediano. En ocasiones no se sienten valorados y tienden a hacer esfuerzos por hacerse notar, para llamar la atención de los padres.

El hermano menor. Los más pequeños se enojan, lloran y recurren a la intervención de los padres; en sus primeros años expresan su agresividad de forma muy directa y física.

En medio deuna pelea

Con los niños más grandes, involúcrese sólo si existe la posibilidad o peligro de lesiones físicas.

Los niños más chicos a veces podrían necesitar una mano que los guíe para encontrar una solución.

Aparte a los niños hasta que se tranquilicen y puedan dar sugerencias sobre cómo la pelea podría haberse resuelto o evitado.

No trate de decidir quién tiene la culpa.

Si los niños se pelean sobre qué programa de televisión desean ver, ayúdelos a formular un plan que indique a quién le toca elegir el programa a una hora específica.

Si con frecuencia ocurren peleas entre niños de edad escolar, organice reuniones familiares para discutir las reglas de la casa y examinar las estrategias para resolver conflictos.

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