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viernes, 7 de mayo de 2010

¿Por qué nos preocupa el clima?

Vivimos en casas con aire acondicionado y trabajamos en oficinas con clima controlado. En países como Estados Unidos, los campos se riegan con precisión y los ríos tienen niveles de flujo controlados. Los edificios están construidos en cimientos flexibles, y existen radares capaces de rastrear y predecir fenómenos climáticos, así como sismógrafos que registran cualquier movimiento en la superficie de la Tierra.

Aún así, seguimos reaccionando como nuestros ancestros cuando se enfrentaban a lo impredecible del clima: con miedo, contemplación, adrenalina y fascinación.

“Es algo evolutivo”, dijo a CNN Andy Niemiec, profesor de psicología en la Universidad Kenyon en Ohio. “Con la historia hemos aprendido que el clima es algo a lo que no deberíamos temer, sino algo que nos debe impresionar. Creo que eso tiene que ver con las señales sensoriales que tal vez activan partes inconscientes de nuestro cerebro”.

Encabezados recientes, incluyendo la inundación en Tennessee provocada por tormentas récord, tornados en el sureste, tormentas de nieve impresionantes y los terremotos en Haití y en Chile, han hecho que estas emociones afloren. Y es algo primitivo, dice Niemiec.

Nuestros ancestros vivían al exterior y tenían que lidiar con los peligros de algunos eventos climáticos, con el impulso de “buscar refugio, esconderse, o lo que sea”. Cuando los humanos desarrollaron la agricultura, aprendimos el efecto que los ciclos climáticos pueden tener en el cultivo de alimentos y en nuestra supervivencia misma.

De esas observaciones, algunas civilizaciones crearon dioses y rituales, dijo Clay Farris Naff, periodista en ciencia que escribe con frecuencia sobre este tema y religión para el Huffington Post y el interdisciplinario Instituto Metanexus.

Por ejemplo, los antiguos egipcios rezaban al dios Osiris para mantener los ritmos del Nilo, y los mesopotámicos tenían una serie de dioses relacionados con la agricultura. Hoy en día entendemos el clima a través de la ciencia, pero no lo controlamos todavía, que es por lo que mucha gente sigue adjudicando la volatilidad del clima a lo supernatural.

“La naturaleza no es algo que ya hayamos descifrado por completo o con lo que sepamos lidiar, aunque llevamos un largo camino haciendo que se ajuste a nuestros deseos”, dijo Naff. De hecho, la aprehensión con la que experimentamos el clima hoy en día tiene que ver con nuestros miedos, dijo el meteorólogo de CNN, Chad Myers.

“Hoy sabemos tanto sobre el clima que lo anticipamos en más ocasiones de las que tendríamos problemas con él”, dijo, acentuando que su madre teme que llegue a su casa un tornado después de que CNN lanza una advertencia, incluso si la tormenta está a kilómetros de distancia. Y lo opuesto es cierto para algunas personas, dice Niemiec: la constante cobertura del clima puede hacernos menos sensibles a él.

La tecnología también ha jugado un papel en hacernos ver patrones donde no los hay. Aunque la última racha de terremotos puede ser poco usual, nuestra percepción de ellos ha cambiado, dijo Myers.

"Hace ocho años, jamás habríamos informado sobre la mayoría de los temblores, pero ahora lo hacemos y los medios hablan sobre ellos y todos en Twitter los comentan: yo sí lo sentí, ¿va a haber otro? Nuestra sensibilidad es muy alta”, dijo.

De hecho, la humanidad tiene interés en buscar patrones donde no los hay, dice Niemiec, y dice que es un concepto llamado correlación ilusoria, por ejemplo, cuando lavas tu auto y después llueve. Pero una razón por la que estamos tan conscientes de los terremotos o de otros fenómenos naturales es porque vemos el costo humano, dijo.

“No es completamente irracional que la gente tenga estos pensamientos, porque normalmente, cuando estas cosas ocurren, nadie resulta herido”, dijo. “Pero en este caso ha habido heridos, gente ha perdido la vida, y creo que la gente se identifica con la idea del ‘pude ser yo’”.

Naff sugiere que el principal consejo es tener humildad frente a la naturaleza. La ciencia nos puede ayudar a entender el clima, y espiritualmente a respetarlo.

Después de todo, como dice Niemiec, nuestro miedo al clima es la razón por la que seguimos aquí. Incluso con nuestro aire acondicionado y con los mundos con clima controlado, el clima se hace notar por sí mismo, como lo hizo con algunos árboles cercanos a la casa del profesor durante la tormenta.

"Uno piensa que está adentro y que está seguro, pero si los árboles se hubieran inclinado dos o tres metros en la otra dirección, habría sido el fin”, dijo. “[En ocasiones] nos podemos ver poco sensibles, pero cuando un evento importante ocurre, hace que todos esos sentimientos regresen. Un respeto saludable por ese tipo de condiciones nos ha dado la supervivencia como especie, y en verdad no queremos perder eso”.

Fuente: CNN

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