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jueves, 27 de mayo de 2010

Las tentaciones de Tiger Woods... sus amantes cuentan su lado de la historia

Mindy Lawton, una camarera de 34 años, sirvió durante meses el desayuno a Tiger y a Elin Nordegren, su esposa, una sueca majestuosa y glacial que apenas hablaba con él mientras comían. «Uno de los dos leía el periódico, era todo muy frío. No percibí ninguna muestra de afecto. Me imaginé que se encontraba atrapado en una relación sin amor», cuenta Lawton. Una mañana, mientras recogía las mesas, notó que él la miraba fijamente. Un compañero de trabajo se burló de ella y le dijo que no se hiciera ilusiones. Sin embargo, poco después, sonó el teléfono de su mostrador. «Hola, soy Tiger. Voy a ir con un par de amigos esta noche al "Blue Martini" y me preguntaba si te gustaría unirte a nosotros».

Así comenzaba una relación rutinaria que duraría 14 meses: se encontraban en la esquina de la farmacia, ella le seguía en coche hasta su casa y practicaban sexo. «Nunca hablaba de su matrimonio y creí que la relación con su mujer se acabaría pronto». Pero una noche, Woods estrelló su Cadillac contra una boca de incendios a la salida de su casa y desapareció negándose a explicar qué había sucedido. Su silencio atrajo un desfile asombroso de mujeres —de las cuales, Lawton era la única del vecindario— contando toda clase de historietas sexuales que hicieron añicos la imagen del mejor golfista del mundo y su perfecta vida familiar.

Millones de fans se sintieron estafados. Había conseguido fama y fortuna gracias al apoyo de un público que lo adoraba y ahora traicionaba su confianza por una colección de mujeres —camareras, chicas de alterne, señoritas de compañía y actrices porno—, algunas de las cuales, como Lawton, estaban convencidas de que eran las únicas con las que había engañado a su esposa. Ahora, todas contaban su historia.

Trapos sucios
«Sí, me acosté con Tiger Woods. Mis amigas y yo hicimos una despedida de soltero para él y fue increíble». Así de contundente se mostró Holly Sampson, una estrella del porno, cuando decidió contar en una página web para adultos su «affaire» con el golfista. Tampoco vaciló al contarlo Jamie Jungers, una joven de 21 años con la que mantuvo una relación sólo ocho meses después de que se hubiese casado con Elin. «No es más que un perro en celo», asegura. «Siempre quería a chicas diferentes. Creo que tenía más que ver con su ego. Le encantaba ser el centro de atención de todas aquellas mujeres».

Finalmente, llegó el momento de que el golfista pasara al siguiente nivel gracias a una de las estrellas de la pasarela, Loredana Jolie Ferriolo, una picante modelo siciliana con sed de hombres ricos cuya tarifa mínima ascendía a 11.000 euros. «Era muy tímido. Nos hicimos íntimos con el tiempo, porque no nos acostamos en la primera cita», recalca Jolie. Según recuerda, «le encantaba tener a chicas guapas a su alrededor, le gustaba ser el centro de atención ataviado con un traje, y daba la sensación de que disfrutaba cuando la gente lo miraba, como si fuera un dios». Como muy bien reconoce, siguió adelante con el asunto cuando buscó a Woods en Google y se dio cuenta de que era un «gran icono».

Pero tras el accidente de Tiger en 2009, Ferriolo quedó al descubierto y, según dice, tuvo que hacer frente al «mundo de fantasía» en el que había estado viviendo. «Tuve una crisis nerviosa, igual que Britney Spears». Al menos la suya ha servido para aumentar su talonario: está escribiendo un libro sobre su vida secreta incluyendo la época en la que estuvo con Tiger, y que de momento ha titulado «Up to par» («Hoyo en par»). «El Equipo Tiger ha hablado con mis abogados. Quieren que no diga nada y que acepte un soborno». No sabemos en qué quedará la cosa, pero lo cierto es que si finalmente el libro sale a la luz, el mejor golfista del mundo tendrá que dar muchas explicaciones.

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