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jueves, 29 de mayo de 2008

La disminución de hielo ártico puede disparar un efecto avalancha de cambio climático

CAMBIO CLIMáTICO
Mark Serreze, investigador del Centro Nacional de Datos de la Nieve y el Hielo (NSIDC), de la Universidad de Colorado en Boulder, dirigió el estudio que sintetiza los resultados de recientes investigaciones. Él recalca que la tendencia en la extensión del hielo marino ártico ha sido negativa en todos los meses desde 1979, cuando comenzaron las campañas coordinadas para el acopio de datos desde satélites. El equipo atribuye la pérdida de hielo a las crecientes concentraciones de gases de efecto invernadero y a la fuerte variabilidad natural en el hielo marino del Ártico.

"Cuando el hielo adelgace hasta un estado de vulnerabilidad crítica, podemos llegar rápidamente a una nueva situación, en la cual el Ártico estacionalmente se quede sin hielo", advierte Serreze.

El informe ha sido elaborado por Serreze y Julienne Stroeve, del NSIDC, y Marika Holland, del Centro Nacional para la Investigación Atmosférica.

El declive en el hielo marino ártico podría tener un impacto significativo en los estados del oeste de Estados Unidos, como Colorado, por ejemplo, reduciendo la severidad de los frentes fríos del Ártico, y con ello mitigando las nevadas que caen en esos estados.

Además de que el Ártico pierde mucho hielo en los meses de verano, ahora parece que también está regenerando menos hielo en el invierno. Con esta creciente vulnerabilidad, un leve empujón al sistema, provocado por las fluctuaciones naturales del clima, podría enviarlo hacia una caída en picado.

A finales de los años ochenta y comienzos de los noventa, un cambio en las pautas de los vientos por la Oscilación del Atlántico Norte extrajo mucho hielo del Océano Glacial Ártico hacia el Atlántico Norte, donde flotó hacia el sur y posteriormente se fundió. La capa más delgada de hielo "joven" que se formó en su lugar, se derritió con mayor velocidad en los veranos subsiguientes, dejando el agua más expuesta a una mayor incidencia de la radiación solar, y creando, por consiguiente, un ciclo de realimentación entre altas temperaturas y fusión temprana del hielo.

Los investigadores también han observado pulsos de agua más caliente que entran en el Océano Glacial Ártico desde el Atlántico Norte. Eso comenzó a mediados de los años noventa. Este fenómeno promueve la fusión del hielo y dificulta la formación de hielo nuevo en las zonas afectadas. Éste es otro de esos potenciales empujones al sistema, que podrían provocar el rápido declive del hielo y conducir al Ártico hacia un nuevo estado.

La transición hacia una estación sin hielo del Océano Glacial Ártico a medida que el sistema se calienta, parece cada vez más cierta. Las preguntas aún sin respuesta se refieren a cuándo se desencadenará esta nueva era del Ártico, cuán rápida será la transición, y cuál será su impacto en el planeta.
Fuente;19 Abr 2007, 23:54 SOLOCIENCIA.COM
Imagen; Futura Sciencies.

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