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viernes, 7 de marzo de 2008

Analistas y políticos consideran intempestiva e irreflexiva la ruptura diplomática de Ortega con el gobierno de Uribe.



La crítica a la decisión precipitada y complaciente del Presidente Daniel Ortega al romper relaciones diplomáticas con Colombia durante la visita del Presidente ecuatoriano Rafael Correa, y siguiendo el ejemplo de Hugo Chávez, ha sido la actividad de muchos críticos, políticos económicos y sociales que coinciden afirmando que Ortega se dejo llevar por el momento del conflicto de los países del sur, a imagen y semejanza del presidente Hugo Chávez, su política e intereses de liderazgo que lo llevó a ser el primero en condenar a Colombia y quebrar las relaciones diplomáticas, por la diferente perspectiva de valoración de las FARC, que alcanzó grado de crisis grave por la acción militar de Colombia en territorio ecuatoriano para aniquilar un campamento y a su segundo jefe, alias Raúl Reyes. Es evidente que la tournee que esta realizando Correa por diferentes países, apunta a pedir acciones de otros gobiernos para establecer un frente diplomático contra Colombia. Para el diputado Mario Valle del MRS, «Nicaragua no está en la posición de romper relaciones diplomáticas con ningún país», tomando en cuenta que Ortega expulsó intempestivamente a los funcionarios de la Embajada de Colombia en Nicaragua. Varios diputados de la oposición nicaragüense dijeron que Nicaragua debe preocuparse en resolver los graves problemas internos y los conflictos territoriales que tenga con otros países, también más de un diputado dijo que la decisión de Ortega, podría poner en riesgo la defensa legal de Nicaragua ante la Corte Interamericana de Justicia (CIJ) donde está en proceso un juicio limítrofe con Colombia por el meridiano 82. La diputada Jamileth Bonilla dijo que el presidente Ortega «está manejando la política exterior como una política de su propiedad y no como una política de estado», y agregó: «independientemente que la Constitución de la República de Nicaragua establezca que al presidente le corresponda manejar la política exterior, no significa que pueda decir y hacer cualquier acción caprichosa… es algo muy delicado», explicó Bonilla, pero la actitud de Ortega es algo típico que se presenta en los gobiernos comunistas. En su opinión, el abogado constitucionalista de Colombia y analista Juan Manuel Charry, expresó que «se pone en evidencia que hay una posición ideológica contraria a la de Colombia y podríamos decir que estamos sintiendo las represalias por el ataque que Colombia les hizo a las FARC y el certero golpe que dio con la baja de Raúl Reyes». El experto colombiano en derecho internacional, Vicente Torrijos, manifestó que no es extraño que «quienes piden (reconocer) beligerancia a las FARC rompan ahora con Colombia, pero habrá que ver en la lucha contra el terrorismo, quiénes son los que luchan contra éste y quiénes son complacientes con ese flagelo». Torrijos recordó que la postura de Ortega «es perfectamente coincidente con lo que ha sido su trayectoria, sus elogios permanentes y sus condecoraciones a 'Manuel Marulanda' (jefe de las FARC)… la alianza de vieja data entre el Frente Sandinista y las FARC son apenas una muestra de los que estamos viendo ahora», añadió Torrijos, y recordó que «no debe extrañar para nada que los países que han reconocido la beligerancia de las FARC sean justamente los que están poniendo en estado crítico las relaciones con Colombia». El miércoles 5 de Marzo en Washington, el Consejo Permanente de la OEA aprobó por unanimidad una resolución acordada por Ecuador y Colombia sobre el conflicto que enfrenta a ambos países, y que establece que el Gobierno colombiano violó la soberanía y la integridad territorial de Ecuador y los principios del derecho internacional, pero no se consignó una condena. La incursión militar en territorio ecuatoriano, de la que Colombia pidió excusas, motivó al presidente Correa a romper, el pasado lunes 3 de Marzo, las relaciones diplomáticas con el Gobierno del presidente Álvaro Uribe y emprender un recorrido internacional para denunciar ese hecho. El presidente venezolano, por su parte, en solidaridad con Ecuador, expulsó a todo el personal diplomático colombiano, desplazó tropas a las fronteras con Colombia y amenazó con una ruptura total de las relaciones comerciales. Por su parte la Embajada de Colombia en Nicaragua no está brindado ningún tipo de información a la prensa. En otro terreno, los diputados nicaragüenses opositores a Ortega, emitirán un pronunciamiento formal para que Ortega rectifique su irreflexiva decisión de terminar relaciones diplomáticas con Colombia.
Fuente; Estrelladenicaragua.com

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