Por Jaime Bayly en Noviembre 1, 2009.
Afinales de 2002, me retiré de la televisión. Me propuse entonces cumplir un sueño: vivir como escritor. Durante tres años, 2003, 2004 y 2005, fui un escritor ermitaño y gruñón. Escribí dos novelas y viví en Miami, Buenos Aires y Washington. De pronto, había recuperado los días inolvidables de 1992, 1993 y 1994, años en los que me exilié en Washington para escribir mi primera novela. Esa novela fue publicada en España en 1994. Me quedaban mil dólares en el banco. El anticipo que pagó Seix Barral fue de otros mil. Comprendí que tenía que volver a la televisión. A finales de 2005, me dieron un premio literario en Barcelona, pero dicho premio resultó envenenado, porque el jurado (o una parte de él) declaró, al tiempo que me lo concedía, que no lo merecía.
Desalentado con mi carrera literaria, y viendo diezmados mis ahorros, en febrero de 2006 rompí mi promesa de ser un escritor a tiempo completo y volví a alquilarme a la televisión de Lima y Buenos Aires.
Meses después, firmé un contrato con un canal de Miami. Me dieron libertad para decir lo que pensaba (y lo que no pensaba) y para entrevistar a quien me diera la gana (y sobre todo para no entrevistar a quien me diera la gana).
Pasé el 2006, el 2007 y el 2008 haciendo televisión en Miami, Lima y Buenos Aires. Viajaba todas las semanas. Era extenuante y divertido. A duras penas pude dar forma a una novela, El canalla sentimental, que publiqué a finales de 2008.
El 2009 tuve que renunciar a las entrevistas en la televisión argentina. Tantos viajes me estaban matando. En febrero de 2009 tuve una crisis hepática y fui sometido a una cirugía que me dejó peor de lo que estaba.
Ya entonces las relaciones con el canal de Miami se habían deteriorado, al punto que en el canal no creyeron que me habían operado y se negaron a emitir los programas que les había obsequiado para cubrir las noches en el hospital.
En marzo, tras la operación hepática, me fui de vacaciones a José Ignacio, Uruguay, descanso al que tenía derecho por contrato. La gerente del canal de Miami me escribió exigiéndome que cambiase el contenido del programa. Como me negué a negociar mi independencia periodística, la señora me dio un ultimátum.
Llegado julio, el contrato expiró y sentí que no debía quedarme en ese canal. Habían sido tres años estupendos (o así quiero recordarlos), pero ahora querían meter mano en el programa, me conminaban a hacer más entrevistas y menospreciaban mi trabajo periodístico (o humorístico).
Pensé que una de las grandes cadenas en español no tardaría en contratarme; por el contrario, se apresuraron en decirme que no tenían interés alguno.
Comprendí que debía mudarme a Lima, estar cerca de mis hijas, hacer mi programa los domingos, cuidar mi salud y dedicar más tiempo a escribir.
El canal de Miami me hizo un par de ofertas, pero me parecieron menores y no dudé en declinarlas. Mi destino, pensé, estaba en Lima, con mis hijas y mis libros.
Ya estaba mudándome a Lima cuando me hicieron una oferta estupenda: trasladarme a Bogotá y presentar mi programa internacional, el programa tal como a mí me gusta hacerlo y decirlo, en el estilo y el formato que yo elijo y nadie me impone ni mangonea ni dicta a gritos. Se trataba de un canal periodístico internacional, NTN-24, que ya se veía en Sudamérica y Estados Unidos. No dudé en firmar con mis amigos colombianos.
Ahora que está a punto de ocurrir (el programa comienza mañana lunes a las 10 de la noche hora de Miami), siento que he sido afortunado y que hice bien en no dejarme atropellar por ciertos ejecutivos que creían que podían emitir un programa con mi apellido y obligarme a hacer cosas que yo no quería hacer.
Entretanto, condenado a la rutina de los viajes semanales, te aferras como un náufrago en alta mar a una certeza que todavía flota y acaso te salvará la vida: lo único que verdaderamente importa es escribir esa maldita novela que te corroe los sesos y te incendia las entrañas y te educa en el noble oficio del rencor y la venganza. No te rindas: debes escribirla antes de morir, y ningún programa de televisión, ninguna pastilla, ninguna aerolínea, impedirá que la escribas si de verdad eres un escritor.
(Bayly comienza mañana lunes 2 de noviembre, a las 10 de la noche hora de Miami, por NTN-24, canal 418 de DirecTV Más en Estados Unidos).
Fuente: http://www.elnuevoherald.com/opinion/story/578404.html
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